Kandinski, precursor de la abstracción pictórica a principios del siglo pasado, desearía conocer a Erik, estoy seguro, y le incluiría en parte de sus sueños húmedos e intimidades onanísticas.
Erik Natzke es un monstruo, o un dios, o un fuera de serie para los que la mitología y la religión nos importan una mierda. Vive en este mundo, sus pies tocan este mismo suelo y tiene una mujer seguramente encantadora.
Sus trabajos en el campo del motion graphic, el arte generativo y la real-time performance se basan en la construcción y la sobreposición de pinturas abstractas, donde los colores se tranforman y diluyen dando lugar a otros como sucede en la pintura real. El resultado de las líneas parecen derivar de gestos humanos que se trasladan como brochazos computacionales. Combinación de segmentos en el plano XY simulando la 3a dimensión y construcciones temporales de espacios abstractos y expresionistas del color.
Larga vida a Erik y a la pintura del siglo que viene: