La artista de origen japonés Kumi Yamashita (1968) posee un depurado control de la sombra. Trabajando a partir de piezas sólidas con multitud de formas, logra proyectar sombras perfectas sorprendentes ya que surgen de aparentemente pocos elementos.
Utilizando la luz como elemento indispensable y clave en su orientación para obtener las sombras humanas finales, se abastece de piezas de ‘construcción infantil’ o series de letras o números para lograr desarrollar espacios iluminados que cobran vida de la nada.
Un trabajo de concepción sutil y delicado en su estrutura a la vez que indestructible en su estado final, mientras la luz llegue desde el ángulo adecuado.
Otras obras no relacionadas con la luz, nos lleva a ilustraciones utilizando números de tarjeta de crédito,
pisadas de botas o incluso utilizando las palabras del propio autor para reflejar su rostro.
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