Georges Schwizgebel nacido en Reconvilier, Suiza, 1944, era pintor por vocación desde su infancia y estudió en la Escuela de Arte Decorativas de Ginebra. Más tarde su trabajo como diseñador y publicista le empujó hacia el mundo de la animación, compaginando ambas actividades desde que funda el estudio GDS, cuna de todas sus creaciones.
Schwizgebel era un maestro de la animación tradicional, llegando a mezclar técnicas de gouache acrílico y acetatos, dotando así a los fotogramas de una calidad pictórica de movimiento incomparable a cualquier producción de animación. Una de sus virtudes, era el manejo magistral de las transiciones entre planos o escenas, conviertiendolas en una dimensión más de la narrativa. Si para un cineasta corriente la palabra “montaje” significa cortar y pegar, Schwizgebel prefiere mostrarnos movimientos de cámara animados, es decir: para producir el cambio entre diferentes lugares y momentos temporales, los objetos se metamorfosean unos en otros mientras la perspectiva de los espacios sufre incontables involuciones: las nubes se tornan peces, y las olas del mar en prados verdes.
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